México en 1821
Nuestro país experimento además diferentes desacuerdos y proyectos políticos en sus primeros 30 años de vida independiente; se instauró un imperio monárquico y varios modelos de república regidos por 5 constituciones diferentes. La nueva nación ya liberada de España, se enfrentaba el peligro de invasión de potencias extranjeras; por otra parte, la tarea más urgente era dar respuesta a las expectativas políticas, sociales y económicas que los sectores populares suponían debía traer la Independencia. Es decir, urgía construir un Estado nacional sólido y acabar con las contradicciones sociales, así como consolidar la soberanía en materia agrícola, comercial, industrial y financiera.
La agricultura y la ganadería continuaron siendo las actividades económicas más importantes por ser el sustento alimenticio de toda la población mexicana. Sin embargo, la situación de la agricultura fue precaria y difícil. Prácticamente toda la agricultura y la ganadería de esos años se realizaba en las haciendas casi igual que en la época colonial. Factor que determinaba la concentración de la tierra en pocas manos y la escasa innovación tecnológica en el campo.
Las regiones agrícolas más importantes, donde se cultivaban maíz y trigo, se localizaban en el Bajío, Guadalajara, Michoacán y Puebla; el azúcar se producía principalmente en Morelos; el pulque en los valles de Toluca y Chalco; el tabaco, algodón y café en la región de Veracruz. En el sureste se cultivaban los colorantes como el palo de tinte, añil y grana cochinilla, mientras que en los estados norteños, por su vegetación y clima, se criaban ganados.